Salí con cuidado porque este pajarillo estaba fijo en una de las cuerdas del tendedero. ¿Cómo es que se dejaba acercar con esa frialdad que rayaba lo suicida? Cuando estos comportamientos ocurren, algo hay que se sale de lo normal, porque lo normal es que hubiese huido a las primeras de cambio. ¿Quién estaba cerca? Ésta de abajo... Y por allí cerca, su nido. Un abrazo.
2 comentarios:
Hola Fernando, estas libélulas me recuerdan a mi niñez que vivía junto a un pequeño y limpio cauce de agua en donde abundaban los caballitos. Recuerdo que invariablemente despertaban mi curiosidad.... porque unos eran azules, la mayoría y otros verdes, porque introducían los abdómenes en el agua y porque se aferraban a las cabezas entre ellos con ese largo abdomen. Luego aprendí todos esos comportamientos, algunos había supuesto lo que luego resultaron ser y otros todo lo contrario. Hermosos recuerdos.
Saludos. Hacía tiempo que no sabíamos de ti.
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