sábado, 15 de febrero de 2020

MI AMIGO INVISIBLE, UN TIPO MUY GRANDE, MANUEL LORÉS.



No estaba en casa cuando llegó el cartero. Cierto es que esperaba la llegada de mi cuaderno y era el último día, San Valentín. El caso es que abrí el buzón y allí estaba el aviso de que tenía un paquetito certificado.
Llegué a la oficina de correos con esa impaciencia propia de estos acontecimientos. Cuando finalicé la espera de la cola y entregué el aviso a la bella funcionaria, se quedó mirando así como raro al papelillo. Algo pasaba.
Me indicó amablemente que debía esperar a que regresara el cartero porque aún tenía en su poder el paquete. 
Cagüentóloquesemenea. Fuime al bar y luego allí y luego allá y a casa. Pasada hora y media, cogí la mochila de nuevo con ánimo de meter el paquetito y demás. Vuelta a esperar y, por fin, pude trocar el papel por el paquete.
¡Pedazo de paquete! Como se ve era el doble de largo que la mochila. 

FIN DE LA PRIMERA PARTE

Ya en casa, extraje con delicadeza el contenido del precintado y grapado envoltorio. Porque imaginaba que venía una acuarela a juzgar por el tamaño. Perfecta y cuidadosa presentación. Las había contemplado en su Instagram reflejando a Huesca desde aquí, desde el otro lado, Montearagón y diversos paisajes pirenáicos.

Sin ser ladrón del todo, he conocido a varios de los componentes. Enormes dibujantes y pintores, amables conversadores, magníficos compañeros de cenas y comidas. Y a este Manolo, lo conocí primero en Zaragoza, y después en Sigüenza. Y me ha encantado el que me haya tocado en suerte. Un tipo grande que con signos de exclamación me exhorta a cuidarme y me desea lo mejor. Lo mismo te deseo yo a tí y a todos los LADRONES DE CUADERNOS.  

LO ÚNICO QUE NO ENTIENDO ES LO DE "SOURMENIA"

Ah, y debo aclarar que, aunque me llegó el mismísimo día de San Valentín, no hay nada entre nosotros. (Que yo recuerde).

Inserto trabajos que me ha enviado. 
















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