

Mientras comíamos un bocado o, sencillamente sentados en un puente o apoyados en cualquier lado, cuatro rayas y un poco de color y ¡ya está! Recuerdo que a la vez que yo dibujaba este último, una chica también dibujaba, un poco más allá, en otro banco, el Museo d'Orsay.
Muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarRespeto a los artistas que creen en su trabajo y lo hacen de corazón, eso se nota en la obra, y creo que en tu caso eso es así.
Saludos